Por: Josemaría Moreno
Restaurante Cañita abrió sus puertas al público de San Miguel de Allende recientemente. Es la apuesta más novedosa de Daniel Gamboa, veterano y amplio conocedor del mundo de la cerveza y el vino. Daniel trabajó en Ensenada y el Valle de Guadalupe haciendo y aprendiendo del vino por más de dos años, especializándose en los pequeños productores que, en su opinión, son siempre quienes más potencial presentan. En cuanto a la cerveza, Daniel trabajó como embajador de marca y sommelier para la cervecería Hércules por más de 6 años; a propósito, y para mencionar la capacidad visionaria de Daniel, sin lugar a dudas se puede afirmar que él es responsable de haber popularizado en San Miguel esta cerveza, que hoy en día se encuentra en todas partes, afortunadamente.
El concepto de Cañita es llamativo y poderoso: cerveza artesanal de distintos productores de la nación, principalmente del bajío, vinos de calidad y naturales –poseen la única línea de draft de vino en San Miguel–, música para disfrutar, y amigos con quien compartir. Además, Cañita engloba proyectos alternos como The Mind, un estudio de tatuaje de línea fina; eventos especiales y catas de vino y cerveza de productores regionales; y sets de música de DJs en el Cañita Sónico. El punto es “que la casa esté siempre viva” en palabras de Daniel.
Yo soy un cliente asiduo, incluso aproveché la oportunidad de degustar su menú de Noche Vieja y la experiencia fue inmejorable. Así, puedo recomendarle al lector que aproveche el conocimiento que posee Daniel para pedirle sus últimas recomendaciones de maridaje y disfrutar un buen vaso de cerveza o una copa de vino en compañía de su cocina de picaduría: platillos fruto de una propuesta creativa del chef Juan Carlos Hernández, alias El Chino, diseñados para compartir y enfocados a resaltar las sutilezas de las bebidas y cócteles que su amplia carta ofrece.
Según Daniel, el objetivo de Cañita es unir a la gente, convocar a los amigos y a los amantes del vino y la cerveza –sin dejar de mencionar sus bebidas sin alcohol que también ahí preparan y diseñan– y ofrecerle a San Miguel un recoveco de calidad y convivialidad que tanto necesita nuestra ciudad.